Izquierda Unida (IU) por el momento resiste, y es noticia. La
competencia entre las cuatro principales fuerzas políticas ha provocado
silencio sobre el caso IU. Todas las miradas están puestas en el grado de
resistencia del bipartidismo PP-PSOE y en el alcance de las formaciones
emergentes Ciudadanos y Podemos. Sin embargo, ya sea por el efecto de un
liderazgo renovado o por una arraigada estructura territorial de partido, el
caso es que la formación de Alberto Garzón aguanta hasta el punto de que hoy
por hoy estaría en condiciones de repetir el resultado que consiguió en las
pasadas elecciones generales (el mejor en los últimos 15 años).
En 2014, se agitaron las bases del bipartidismo y tanto IU
como UPyD parecían llamadas a convertirse en las fuerzas de apoyo de
socialistas y populares. En febrero de 2014, a pocas semanas de las elecciones
europeas de mayo, IU registraba un 13.5% de voto estimado, un dato inédito en
la historia electoral de la coalición de izquierdas y del PCE. Con PP y PSOE en
horas bajas, la formación rojiverde aparecía como el caladero natural del
votante desencantado del PSOE, así como UPyD hacía lo propio con el del PP. En
conjunto, IU y UPyD sumaban el 22.0% de voto estimado en ese momento, con lo
que podrían garantizar en el futuro coaliciones viables a la izquierda o a la
derecha. No obstante, había un dato intrigante y sin precedentes: una
participación electoral estimada del 65% —la más baja registrada fue del 68% en
1977—. Esto hacía sospechar que algo se escapaba.
Tras las elecciones europeas de mayo, la irrupción de Podemos
hizo saltar las alarmas en IU. En el verano de 2014, pocas semanas después de
que Cayo Lara cediera el paso a Alberto Garzón, la coalición de izquierdas se
quedó en una tercera parte del voto estimado (4.9%) respecto a febrero (13.5%).
Una abrupto desplazamiento provocado por Podemos, que se alzaba con el 10.7% en
su primer registro en el Clima Social de agosto de 2014.
Desde aquel momento hasta hoy, IU se ha mantenido estable
alrededor del 5% de voto estimado. Una deriva distinta a la de UPyD que, tras
la irrupción de Ciudadanos entre finales de 2014 y principios de 2015, se ha
visto abocada a la práctica desaparición.
Por tanto, IU resiste. Es difícil saber el porqué de esta
situación, principalmente porque aún el ciclo político y electoral no ha
terminado y por la rapidez con la que se vienen produciendo los
acontecimientos. No obstante, podrían realizarse algunos apuntes.
IU es un partido con estructura y amplia trayectoria, tiene
detrás de sí una nutrida organización militante y muchos cuadros medios de
dilatada experiencia institucional. Esta misma militancia ha logrado una
destacada capilaridad social en movimientos vecinales y asociativos, además de
mantener una referencia sólida a nivel sindical como CC.OO. Además, el
liderazgo de Garzón goza de reconocimiento entre sus potenciales votantes y,
por el momento, una evaluación menos negativa entre el conjunto de la población
que el resto de líderes como Sánchez, Iglesias y Rajoy.
Pero el avance de Podemos no dejaba de ser una amenaza.
“Quieren los cuadros de IU y los votantes del PSOE”, es una “OPA hostil” contra
el partido, clamaba Cayo Lara en febrero de 2015. Sin embargo, a pesar de las
fugas a la formación morada, un tercio de los votantes de IU en 2011 se
mantienen fieles al partido. No solo eso: durante 2015 el voto estimado de IU
se vuelve ya independiente del de Podemos. Las crecidas y bajadas de la
formación de Iglesias no muestran incidencia en la de Garzón. Parece que los
electorados de ambos partidos dejan de ser vasos comunicantes y la amenaza
termina.
Las situaciones difíciles en el pasado han podido curtir a un
partido acostumbrado a lidiar en hábitats recurrentemente adversos y que han
ido ensalzando su virtud de resistente. Malos momentos que casi siempre
coincidieron con periodos de dominación electoral socialista (1982,1986, 2004 y
2008). En un marco bipartidista, esto situaba a IU en una posición subalterna
respecto al PSOE, la única alternativa que resiste en el espacio de la
izquierda.
Pero hoy por hoy la capacidad de resistencia de IU se pone
más a prueba que nunca.
Por un lado, tiene que competir en el mismo espacio de
la izquierda con el partido histórico, PSOE, y también con la fuerza emergente,
Podemos. ¿Cuál será su rol en un modelo multipartidista con cuatro formaciones
por encima del 10% de los votos? Y, por otro, tiene ante sí el reto hasta el
20-D y el que se abre a partir del día 21. Según la simulación de escaños
realizada por Metroscopia en noviembre, IU estaría en condiciones de formar
grupo parlamentario con 5 diputados. Pero de no lograrlo ¿se pondrá en jaque
esta histórica resistencia?
1 comentario:
Gracias por colgar este artículo, escrito desde la sinceridad, la humildad y la autocrítica. Desde los graves problemas internos que ha tenido que afrontar IU y desde las zancadillas y bombas de profundidad que ha recibido desde Podemos, organización que necesitaba destruir a IU para poder avanzar.
Pero es un artículo escrito también desde el esfuerzo diario y la apuesta de futuro hecha por IU. Pese a las afirmaciones de politólogos de última hornada afirmando que no existen ya derechas ni izquierdas y que ellos son tranversales y llegan a todos los sitios (nuevo eufemismo inventado para designar los cambios de valores y de chaqueta), existen la derecha y la izquierda. E Izquierda Unida ocupa el espacio de la izquierda en España. Con sus errores y equivocaciones, pero también con sus miles de militantes, sus aciertos y su trabajo diario.
Porque Podemos, que cada vez se sabe menos qué es ni en dónde está (solo se sabe, cada vez más, que lo único que ansía es el poder personal de su creador y del grupito de dirigentes que le rodea), no ocupa ni podrá ocupar nunca ese espacio. En Podemos no hay valores, solo estrategias, que van cambiando según cambia el viento.
Hace un tiempo comenté en este chat que Podemos, después de hacer todo lo posible para ningunear a IU (a nivel estatal y a nivel molinero también), estaba intentando invadir el espacio del PSOE y que después lo intentaría con Ciudadanos. Por desgracia no me equivoqué. En su deriva derechista ya está en ello: viendo que, en los últimos sondeos, Ciudadanos les ha adelantado, están apuntando todas sus armas contra ese partido, intentando ganarse a sus potenciales votantes. Es una pena que con tanto tranversalismo no cuiden ni respeten más el interior de su propia casa y atiendan a las protestas de sus círculos y militantes en Euskadi, Andalucia, Huesca, Asturias….sobre la elaboración de las listas electorales y el peso de los círculos de base en esta organización. Las protestas de todos aquellos que se creyeron sus proclamas de “democracia horizontal”, “una persona, un cargo”, etc, etc. Si de verdad aún queda gente de izquierdas en Podemos, que creyeron en su proyecto, se deben estar mordiendo las uñas de frustración e impotencia.
Publicar un comentario