Ante la nueva legislatura. Un comienzo con buenas maneras y pocas precisiones

El Pleno celebrado ayer sábado día 13 supuso el relevo en la alcaldía de Los Molinos, tras la mayoría absoluta alcanzada por el PP (6 concejales, por 3 del PSOE, 1 PLM y 1 ALM) que acababa con el tripartito PSOE, PLM, IUCLM que ha gobernado el Ayuntamiento, durante los últimos cuatro años.

La mesa de edad constituida por los concejales Fernando Marinas (PLM) y Bárbara San Isidro (ALM), desarrolló el protocolo de manera precisa, tomando juramento a todos los concejales electos y procediendo después al proceso electoral. Todos los concejales del PP, menos la anterior exconcejala de cultura, juraron su cargo, mientras que los del PSOE, PLM y ALM prometieron cumplir sus obligaciones. La concejala de ALM añadió a la frase protocolaria, de acatar la Constitución y el respeto al rey la de respeto a todos los ciudadanos.

Se presentaron como candidatos los cabezas de lista, del PP, Antonio Coello; PSOE, Juan Pablo González; ALM, Bárbara San Isidro.

Tras unas intervenciones muy semejantes en que todos los grupos reiteraron los llamamientos al trabajo y colaboración para un mejor futuro del pueblo se celebró la votación pública, que no ofreció sorpresas. El candidato del PP obtuvo 6 votos, 4 el del PSOE, sus tres concejales más el de PLM, quien precisó que su voto era consecuencia de la buena relación mantenida con el PSOE durante la gestión compartida , la concejala de ALM se votó a sí misma, acompañando a su declaración formal una intervención que causó cierta perplejidad, por la dura crítica implícita al PSOE y su apertura al PP tras una campaña muy agresiva contra dichos partidos: "Quería expresar por un lado que me entristece que no se haya notado que en estos cuatro años ha habido un gobierno socialista en este pueblo y por otro lado me gustaría decir que querría no ser una dura oposición durante estos cuatro años que vienen. Creo que hay muchos puntos de nuestro programa que están en común y si verdaderamente los lleváis a cabo, como se supone que habéis prometido hacer, creo que podremos llegar a entendimientos".

La intervención del nuevo alcalde, tuvo un primera parte dedicada al agradecimiento a su grupo, a los militantes de su partido, familiares, que cerró con un reconocimiento al trabajo desarrollado por los concejales de todos los partidos, a quienes mencionó personalmente. Centró su programa de trabajo en cuatro ejes. Participación ciudadana, trasparencia, crecimiento y empleo.

Tendió la mano a los concejales de la oposición, pidiendo su participación en todas las comisiones municipales, que se convocarán trimestralmente, se comprometió a hacer de los plenos el centro de la vida municipal, indicando que seguirán celebrándose mensualmente y precisó que se garantizará el buen uso de cada céntimo del presupuesto municipal, mediante la publicación, cada dos meses, de los gastos municipales en la web del Ayto. En cuanto al empleo apostó por la creación de un Vivero de Empresas y el apoyo al turismo, planteó la necesidad de poner en marcha un plan de viviendas, dedicadas especialmente a los jóvenes molineros que deben abandonar el pueblo por la falta de viviendas. Cerró su intervención con un llamamiento a los trabajadores del Ayuntamiento reconociendo su dedicación y solicitando un nuevo esfuerzo.

El tono del discurso fue suave en las formas, pero no introdujo muchas precisiones a un programa electoral bastante difuso y contradictorio en que se llegaba a plantear que el PP: “se opondría a la política de construcción descontrolada planteada por la izquierda”. Un discurso de buenas intenciones, en un tono alejado a las formas de los antiguos dirigentes del PP, pero ante el que habrá que estar atento a sus propuestas concretas.

No presentó ninguna reflexión de fondo sobre la crisis del modelo de vida un pueblo que afronta, por primera vez un descenso acusado de su población, un elevado coste de vivienda y alquileres. Ninguna referencia al problema clave de la fiscalidad, a la educación, sanidad, ganadería o emigración. Ninguna alusión a la creciente necesidad de comarcalización de los servicios públicos.

Son carencias graves ante un pueblo serrano con un futuro complejo, y para el que nadie tiene soluciones completas. La sierra atraviesa un problema de modelo de desarrollo, en que la demografía y el fin del crecimiento ligado a la urbanización obligan a repensar su futuro. Los nuevos ayuntamientos surgidos de las elecciones reflejan, como en el conjunto del país, una ruptura con las mayorías tradicionales y un claro desplazamiento hacia la izquierda de su electorado. Esa dinámica pone atención ante los problemas sociales y los servicios públicos. Desde IU seguiremos trabajando, aportando información y propuestas, muy atentos también a analizar las actuaciones que han posibilitado esa mayoría absoluta del PP, contradictoria con la tónica de los pueblos de nuestro entorno.