Vía libre el negocio de los Parques Nacionales, que
corren el riesgo de convertirse en parques temáticos. La nueva Ley prohíbe la caza,
pero se reserva la figura del “control de poblaciones”, que se viene utilizando
para permitir la caza.
La Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso
aprobó el pasado 24 de septiembre, con sólo los votos del PP, el Proyecto de Ley
de Parques Nacionales, que ahora seguirá su tramitación parlamentaria en el Senado.
Todos los
grupos de la oposición votaron en contra porque consideran que esta normativa invade
competencias de las autonomías y porque resta protección a los parques nacionales.
La gestión de
los parques nacionales ha generado tradicionalmente muchas fricciones entre el Gobierno
y las comunidades autónomas, que han elevado sus quejas a los tribunales.
Esta normativa ha sido muy controvertida desde el inicio y ha
sufrido importantes retrasos en su tramitación. El
anteproyecto fue rechazado de plano por el Consejo de Estado,
que consideró que invadía competencias de las autonomías y planteó dudas acerca
de su constitucionalidad. El
organismo llegaba a instar al Gobierno a reconsiderar “la totalidad del texto”.
Sin embargo, el dictamen fue favorable a la presentación del texto al Consejo de
Ministros.
El Consejo de Estado se
quejó, asimismo, de la urgencia con la que
el Gobierno le pidió el dictamen (el pasado mes de enero, y no se ha votado hasta
ahora) y le acusó de haber copiado literalmente la mayor parte de los artículos
de la ley anterior, de 2007, socialista.
El texto
se ha aprobado sin uno de los puntos más polémicos que contuvo en las primeras versiones:
la posibilidad de urbanizar en estos espacios
naturales. El grupo popular introdujo
una enmienda el pasado mes de junio, para rectificar el proyecto gubernamental que
impulsaba el ex ministro Miguel Arias Cañete y que dejaba la puerta abierta a
algún tipo de urbanización o edificación en ellos.
Esta Ley permite por primera vez usos turísticos en estos espacios
protegidos, como por ejemplo el vuelo sin motor en el de Guadarrama o la navegación
en el de Monfrague.
La organización Ecologistas
en Acción ha advertido de que la ley equivale a abrir las puertas al negocio en
estos enclaves. "La máxima figura de conservación natural se degrada con las
excepciones incluidas", ha manifestado la organización. Los parques nacionales
"corren el riesgo de convertirse en parques temáticos, si la ley sale adelante
sin cambios", ha añadido, y ha destacado la falta de consenso social. Una portavoz
del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha afirmado que "los
usos turísticos en los parques nacionales están recogidos desde 1916" y que
"su esencia es precisamente no solo la conservación sino también su disfrute".
Ha añadido que actualmente hay más de 30 empresas turísticas operando en parques
nacionales.
La caza es otro
de los aspectos controvertidos de la nueva ley, que la considera una actividad incompatible
con los usos de un Parque Nacional, pero se reserva la figura del control de poblaciones
–en el que se matan animales- y que se viene utilizando para permitir la caza. Formaciones
como Seo –BirdLife, Ecologistas en Acción, WWF
o Greenpeace han reclamado que se especifique que ese
control de poblaciones solo podrán realizarlo técnicos del parque, y que no se deje
en manos de cazadores.
Esta ley medioambiental introduce también como novedad
la posibilidad de que el Estado pueda intervenir en caso de mala conservación por
parte de las autonomías, catástrofes o situaciones extraordinarias que pongan en
peligro la riqueza natural de estos enclaves, algunos de ellos Patrimonio de la
Humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario