Es indudable
que la gran revelación de las pasadas elecciones europeas, y no sólo en España,
ha sido la fulgurante aparición de Podemos que ha conseguido más de 1.200.000
votos y cinco europarlamentarios. Este
resultado, completamente inesperado, es un síntoma claro de las graves
enfermedades que aquejan a la izquierda (IU) y al centro izquierda (PSOE) en
nuestro país. Los primeros análisis de la procedencia de ese voto no detectado
expresan su heterogeneidad lo que podría ser síntoma de inestabilidad. La
mayoría relativa de ese voto proviene de
votantes desencantados del PSOE (entre un 30y un 35 %), al que sigue (entre un
20 y un 25 %) de votantes de IU. A esto habría que añadir, y es lo más
importante desde el punto de vista de la dinamización del sistema político, un porcentaje
indeterminado que vendría de la abstención y que se podría considerar la
plasmación institucional del 15 M. Por último, habría que añadir algunos miles
de votos procedentes de grupos de izquierda como Izquierda Anticapitalista que
aunque han sido los promotores y los sostenedores institucionales del
movimiento no tienen gran relevancia electoral. Otro síntoma preocupante es que
más del 60% del voto de Podemos se decidió sólo al final lo que impidió que
fuera detectado en las encuestas y que además es un voto dubitativo y no
firmemente asumido. (Por cierto en el caso de IU este porcentaje fue del 56 %
lo que es igualmente muy preocupante ya que muestra también la labilidad del
voto a esta formación.)
La
consolidación de este éxito pasa necesariamente porque los dos grandes partidos
de la izquierda, especialmente el PSOE, mantengan su inmovilismo actual, que
los que han dado el paso institucional no vuelvan desencantados a la abstención
y que la izquierda anticapitalista aumente sus exiguos apoyos. Pero ninguna de
esas hipótesis es plausible. El PSOE se
debate en un marasmo político e ideológico pero se supone que tendrá que salir
pronto del mismo y cualquier giro a la izquierda, por minúsculo que sea, puede
suponer la vuelta al redil de gran parte de votantes de Podemos. Por su parte,
IU tiene pendiente también una profunda renovación generacional y programática que
la irrupción de Podemos no ha hecho más que evidenciar. El mensaje ya estaba
dado y la respuesta, aunque no existiera Podemos, tiene que ser rápida y valiente.
Por su parte, la llegada al poder y la lucha política diaria, la larga marcha a
través de las instituciones en una larga y gris lucha de trincheras, nada
heroica ni épica, puede llevar a que los movilizados del 15 M vuelvan a la
abstención cambiando el Podemos por el Debemos de la pureza ideología y la
inanidad política. Por última, no es previsible un gran aumento de voto anticapitalista
directo. Por todo ello, el heterogéneo y abigarrado conjunto de los votantes de
Podemos tendrá que hace grandes esfuerzos para mantener su apoyo de forma duradera
y sostenida.
De lo
anterior no se debe extraer la conclusión, que sería errónea, de que Podemos es
un fenómeno efímero que desaparecerá por sí solo. Como muchas veces en el amor,
hay relaciones imposibles que se mantienen largos años y hay relaciones muy
plausibles que no se logran consolidar y, a veces, ni siquiera son capaces de
nacer. El surgimiento de Podemos plantea una serie de tareas ya ineludibles
para las partidos clásicos de la izquierda. El PSOE debe reorganizar su
ideología no hacia la derecha como claman con todas sus fuerzas los defensores
del bipartidismo, ya que precisamente su derrota se ha producido por el abandono
de gran parte de sus votantes de izquierda, sino hacia una propuesta de salida
de la crisis de centro izquierda que intente paliar el brutal ascenso de la
desigualdad en España y en Europa. Esto es imprescindible pero se ve cada vez
más imposible ya que este giro tendría que ser a nivel europeo y ya vemos que
el concubinato entre conservadores y socialistas en las instituciones europeas
va a reeditarse de nuevo. De todas formas en España es probable que se produzca
un cierto giro a nivel cosmético que permita a parte del voto desencantado socialista
volver a votarles.
Por parte de
IU el renovarse o morir es cada vez más perentorio. Sin Podemos ya era imprescindible,
ahora es inexorable. Si no se produce un giro capaz de impulsar un gran frente
que cubra el espectro de la izquierda y se abra incluso hacia el centro, IU como
tal puede desaparecer. Si no logra ilusionar a esa gran cantidad de gente
golpeada por la crisis y que llega mucho más allá del voto tradicional de la
izquierda en una gran frente ciudadano y democrático que sea capaz de instaurar
un proceso constituyente capaz de romper los actuales intentos de consolidación
del régimen en todos sus niveles, su derrota será histórica.
La estela
del 15 M tiene que mantener su apoyo institucional y no desilusionarse
demasiado pronto cuando haya que entrar en las inevitables componendas y pactos
que toda misión de gobierno entraña. No debe encastillarse en una pureza inane
que vuelva a dejar en manos de la derecha el poder y las instituciones. Hay que
hacer que las instituciones sí nos representen y para ello hay que ocuparlas y
no dejar que la apatía y la desilusión, las grandes bazas de la derecha,
vuelvan a dominar el panorama político. Hay que conjugar las acciones y los discursos de tal manera que los discursos no queden en
palabrería vana y hueca y las acciones no sean pasos al acto incontrolado e
irracional. Hay que estar a la escucha atenta y respetuosa de las numerosas
voces, murmullos, gritos y silencios que inundan la esfera pública, pero el
discurso de la izquierda transformadora tiene también una dimensión pedagógica,
fruto de su historia ya dos veces centenaria, que ha de entrar en diálogo respetuoso pero también crítico
con las demandas que se presentan en la sociedad ya que éstas tienen que pasar filtros de racionalidad,
justicia y eficacia para poder ser asumidas como propuestas políticas.
La ilusión
que ha supuesto la irrupción de Podemos tiene que mantenerse y para que ese
movimiento sea verdaderamente mayoritario los partidos clásicos tienen que
modificarse profundamente y unirse a ese gran movimiento. Si volvemos a llegar
tarde a esa gran cita con la mayoría de la población las posibilidades de una
alternativa real se disolverán por un tiempo muy largo. A las citas históricas
no se puede faltar pero a ellas hay que ir decididos y con ilusión, de
frente y sin artimañas, porque, como la
ocasión y al contrario que el cartero, no suelen pasar a nuestro lado dos
veces.
4 comentarios:
No está mal el enfoque pero le veo contradicciones y alguna incongruencia.
Meter al Psoe en los partidos de izquierda me parece excesivo. Y pretender que con un cambio de cara van a cambiar me parece fantasioso (esto se llama gatopardismo y lo viene haciendo desde siempre). Lo van a intentar, pero no cuela ya.
Me gustaría saber la fuente de donde has sacado las estadísticas que señalas sobre el origendel voto de Podemos. Más que nada por curisidad y por ver la fiabilidad de dichos datos. Aunque yo no suelo dar mucha veracidad a esas estadíticas.
Planteas que IU debe hacer un giro ¿al centro? o desaparecerá. Precisamente lo que más votos restaría a IU es girar al centro.No pases por alto las críticas que ha tenido IU de Andalucía y de Extremadura.
Cada uno por su lado. IU tendrá que adaptarse a la realidad porque ésta ha cambiado, no porque esté Podemos. Como IU se ponga a hacer política pensando en Podemos, mal vamos.
No te sientas mal por lo que te voy a decir, pero en el último párrafo se te notan unas simpatías por Podemos que son muy "cantosas". ¿Tenemos que unirnos al movimiento? ¿a qué movimiento?.
¿Tu crees que Podemos ha llegado a la mayoría de la población con 1,2 millones de votos? ¿Recuerdas el índice de abstención de las elecciones del 25M?
Para que Podemos llegue a la mayoría de la población tiene que moderar mucho su mensaje y eso le hará perder más que ganar, será un partido más y perderá su originalidad (esto es lo único que hasta ahora ha aportado, el programa ya lo teníamos)
La forma más lógica de confluir sería algo parecedo a un Frente Amplio en el que la unión esté basada en lo que nos une, en un programa y que cada formación mantenga su pesonalidad y sus siglas. En este país y entre organizaciones de izquierda no se podría hacer otra cosa.
Por otro lado, y anuque me haya enrollado un poco, hay cosas muy interesantes en tu análisis.
Un saludo.
Rafa, el articulo es de un compañero de nuestra Asamblea y colabora con la FIM (Fundación de investigaciones Marxistas), esto es para darte una idea de donde pueden salir los datos.
En otro orden de cosas no deja de ser un articulo que lo que busca es el debate y la participación con otras visiones o posiciones. Personalmente creo que tanto lo que plantea el articulo como tus apreciaciones son de gran utilidad, pero te invito a debatirlas en vivo, ya que se pierden modulaciones y comentarios que evitan interpretaciones no correctas.
Gracias por tus aportaciones.
Estaré encantado de participar en cualquier acto o reunión. Me apetece conoceros personalmente y charlar de estos temas y de otros más.
Un saludo.
Como han dicho, el sector del PSOE que se puede considerar de izquierda es minoritario. Están atacando a Podemos con la misma saña que el PP.
En IU también se está empezando a ver, aunque de forma mucho más suave y con más respeto. Y hay algo que tampoco comparto, como participante de muchos colectivos, si bien primaba gentes de izquierdas, no todos lo eran, se lo crea gente o no se lo crea, yo lo sé porque lo he visto, en STOPDeshaucios Valladolid estaban colaborando expeperos, y haciendo mucha labor.
Pero es que además de eso, el voto que ha recabado en Valladolid Podemos, es llamativo. En Barrios feudos del PSOE como Las Delicias, el porcentaje era de un 3 por ciento, en feudos peperos como Parque Alameda, llegaron a un 33, la segunda fuerza, en barrio pepero.
No sé si ello es extrapolable a otras ciudades, solamente estudié algunos sitios de Castilla y León, y en todos le birló votos al PP, no al PSOE, ni a IU. Meintras que la abstención se movió escasamente. Se quedó casi igual.
¿Cómo se explica todo eso? A saber, tengo mi teoría, equivocada o no. Pese a que oficialmente no lo parezca, ni nadie hable de ellos, hay muchos exvotantes del PP pasándolas canutas Ya puden inventarse los medios de la Brunete pepera todas las falsedades histriónicas que quieran, que contra la realidad no puede nadie.
Yo he visto a exempresarios que antaño tenían a 40 trabajadores a su cargo, pidiendo comida en comedores sociales, y no precisamente a uno ni a dos. Del mismo modo que antes veía barrios acomodados por los que circulaban furgonetas a todas horas que llevaban todo tipo de encargos, comida, pizzas, objetos de todo tipo, compras, muebles, y ahora solamente se ve a los carteros.
Los que hemos vivido toda la vida en el alambre, no hemos notado la crisis de forma tan brutal, porque siempre hemos estado jodidos, de modo que no sentimos el cambio en exceso. Y eso provoca que no nos lancemos tan de cabeza como los expeperos y eso que yo parezco un propagandista de Podemos, pero no, ni los he votado, ni milito. Ya veré en el futuro, lo que hacer.
Además, los partidos no se parar a pensar demasiado en una cuestión que es más que obvia, e incluyo a IU.En el Estado no hay tantos millones de peperos como votos recabaron, por tanto, los votos de millones que votaron PSOE fueron a parar luego al PP, y con Podemos pasa lo mismo. Ha sacado muchos votos de expeperos.
Y los que nos hemos movido toda la vida en las calles, sabemos que mucha gente no responde a perfiles determinados, por tanto hablar de izquierdas, derechas y demás, es complicado. Sí, puede parecer incluso fascista y joseantoniano, pero nada que ver con eso.
Yo veo a católicos prácticantes que votan a IU, veo a algunos peperos que parecen de izquierdas, veo a gentes de todo tipo, que tienen mezclas de lo más variado. Sería largo relatarlas. La red no sirve para tantear nada de eso, porque en los foros de LD solamente están los peperos más recalcitrantes, algunos superfachas, y ocurre lo mismo en todas partes.
Pero luego, la realidad es muy diversa. A lo mejor estoy equivocado, no sé, pero en Andalucía gana el PSOE siempre y yo veo que tienen muy impregnada la religión, aunque sea costumbre social, más que rito, mientras que en Valladolid, desde hace veinte años arrasa el PP, y aquí lo religioso es minoritario, tanto en vertiente costumbrista como verdadermente creyente o prácticamente, son muy pocos frente al resto de la población.
En resumidas cuentas, que para hacer análisis hay que tener en cuenta esos factores porque no es todo tan simple como parece, la militancia de Podemos, sí, hay abrumadora mayoría de izquierdas, un 80-90 por ciento, pero entre los votantes, ni por asomo.
Salud.
Publicar un comentario