El PP aprueba su ‘ley mordaza’ en
solitario y entre protestas
El PP ha aprobado en el Congreso en solitario
la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana o mejor llamada LEY MORDAZA, frente a todos
los demás grupos parlamentarios que la consideran una "ley mordaza" y
entienden que limita derechos fundamentales.
Toda la oposición ha hecho frente común para
denunciar en la tribuna el contenido de la norma, con expresiones como "represión",
"barra libre para la policía", "ataque a las libertades" o "aberración
jurídica", entre otras. Y todos han prometido que si en la próxima legislatura
hay una mayoría distinta a la absoluta del PP en esta promoverán el cambio o la
derogación de la ley de seguridad ciudadana.
Para el socialista Antonio Trevín "la
ley es una vuelta al estado policial y no es necesaria" y "con la coartada
de la seguridad quieren cercenar derechos de los ciudadanos, imponiendo el derecho
administrativo del enemigo y eliminando el control judicial". No ha renunciado
a promover un recurso ante el Tribunal Constitucional, pero no se ha comprometido
a hacerlo.
Durante el debate ha sido
desalojado un grupo de asistentes en la tribuna del público, por cantar "Do
you hear the people sing" de Los Miserables en protesta contra la ley. Los
desalojados son miembros del coro del 15M, conocido como 'La Solfónica'.
La norma irá ahora al Senado y, si no hay
más enmiendas, entrará en vigor. Básicamente la ley convierte en sanciones administrativas
lo que antes eran faltas incluidas en el Código Penal y, por tanto, sometidas a
control judicial previo. Según Emilio Olabarría (PNV), de esta forma, se limita
el derecho constitucional a la tutela judicial efectiva, porque el ciudadano afectado
tendrá primero que agotar la vía administrativa y luego recurrir a la jurisdicción
contencioso-administrativa que está sujeta al pago de tasas judiciales. Esas tasas,
establecidas por el actual Gobierno, no existen en la vía penal y, por tanto, no
se pagaban en los juicios de faltas que ahora se convierten en sanciones administrativas.
Además, incluye conductas sancionables como
las manifestaciones ante el Congreso o las protestas con escaladas en edificios
públicos, entre otros. Desde el anuncio del anteproyecto de ley, el Gobierno matizó
algunas de las sanciones administrativas que pueden llegar hasta los 600.000 euros
para los casos más extremos.
Como muestra del rechazo de la oposición,
Uxue Barkos (Geroa Bai) ha pedido al Gobierno que escuche a la sociedad y a la Unión
Europea, cuyo comisario de Derechos Humanos, aseguró que "España pretende hacer
legal lo ilegal”. Joan Baldoví (Compromís) para quien "se pretende domesticar
manifestaciones con una ley injusta", en lugar de legislar contra la corrupción
o para ayudar a los necesitados. Para Rosana Pérez (BNG) "se institucionaliza
la represión y se da una vuelta de tuerca para atemorizar a los ciudadanos en un
Estado policial". Joan Tardà (ERC) ha hablado de "locura política y ataque
endemoniado a las libertades, dando barra libre a la policía". Para Xavier
Errekondo (Amaiur) “el Gobierno quiere aplicar la ley de la calle es mía”.
"Esta ley no es necesaria, viola la
jurisprudencia europea y el convenio europeo de derechos humanos y recorta derechos
fundamentales como el de manifestación y el de reunión", ha resumido Toni Cantó
(UPyD). "Hoy vivimos una jornada infausta para la democracia con la aprobación
de esta ley", ha remachado Ricardo Sixto (Izquierda Plural), mientras sus compañeros
de grupo protestaban desde su escaño en pie y con una mordaza en la boca.
Feliu-Joan Guillaumes (CiU) ha valorado algunas
mejoras en la norma durante el trámite, pero la ha rechazado en conjunto.
También introdujo el Gobierno en la norma
durante el trámite otros artículos especialmente polémicos como la capacidad de
las Fuerzas de Seguridad para rechazar a los inmigrantes que salten las vallas de
Ceuta y Melilla. Esta posibilidad, incluida en una disposición, supone legalizar
las llamadas "devoluciones en caliente", expresamente prohibidas hasta
ahora, porque los inmigrantes que llegan a suelo español tienen derecho a asistencia
letrada y a que se compruebe si son menores o refugiados. El Gobierno entiende que
no puede hablarse de "devoluciones en caliente" porque no lo son si solo
pisan territorio español y no superan el cordón policial. Esta disposición fue introducida
como enmienda en el Congreso, eludiendo los informes preceptivos del Consejo General
del Poder Judicial, el Consejo de Estado y el Consejo Fiscal.
Emilio Olabarría (PNV) ha asegurado que la
norma contradice la Constitución y tratados internacionales firmados por España,
por ejemplo, en lo referido a las "devoluciones en caliente" de inmigrantes
que el Gobierno convierte en "entregas en frontera" y legaliza en la ley.
Para justificar la entrega de inmigrantes
que hayan traspasado las vallas el ministro del Interior, Jorge Fernández, ha utilizado
en los pasillos del Congreso un argumento frente a las críticas vertidas por distintas
instituciones nacionales y europeas, la Iglesia y más de un centenar de ONG sobre
la ilegalidad de las devoluciones en caliente que si le facilitan "una dirección"
donde a "esa pobre gente" se les vaya a dar "manutención y trabajo",
les envía para allá.
"Si me dan la dirección donde a esa
pobre gente los podemos trasladar y garantizan su manutención y que les dan trabajo
le aseguro que les enviamos. Pero hay mucha hipocresía", dijo.
"Que digan a cuántas personas están
dispuestos a acoger y si no lo hacen, que se callen y den menos lecciones",
ha asegurado el ministro en referencia a las opiniones críticas de todos los demás
partidos y ONG.
En la tribuna del Congreso ha defendido la
norma en solitario el portavoz del PP en la Comisión de Interior, Conrado Escobar,
recordando que sustituye a la que se conoció como "ley Corcuera" o "ley
de la patada en la puerta" que hizo el Gobierno de Felipe González. Ha defendido
la norma asegurando que tiene el aval de los informes del Consejo de Estado y el
Consejo General del Poder Judicial.
"Las manifestaciones serán más libres
porque estarán protegidas de los violentos", ha dicho.
El Pais
El PP ha aprobado en el Congreso en solitario la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana o mejor llamada LEY MORDAZA, frente a todos los demás grupos parlamentarios que la consideran una "ley mordaza" y entienden que limita derechos fundamentales.
Toda la oposición ha hecho frente común para
denunciar en la tribuna el contenido de la norma, con expresiones como "represión",
"barra libre para la policía", "ataque a las libertades" o "aberración
jurídica", entre otras. Y todos han prometido que si en la próxima legislatura
hay una mayoría distinta a la absoluta del PP en esta promoverán el cambio o la
derogación de la ley de seguridad ciudadana.
Para el socialista Antonio Trevín "la
ley es una vuelta al estado policial y no es necesaria" y "con la coartada
de la seguridad quieren cercenar derechos de los ciudadanos, imponiendo el derecho
administrativo del enemigo y eliminando el control judicial". No ha renunciado
a promover un recurso ante el Tribunal Constitucional, pero no se ha comprometido
a hacerlo.
Durante el debate ha sido
desalojado un grupo de asistentes en la tribuna del público, por cantar "Do
you hear the people sing" de Los Miserables en protesta contra la ley. Los
desalojados son miembros del coro del 15M, conocido como 'La Solfónica'.
La norma irá ahora al Senado y, si no hay
más enmiendas, entrará en vigor. Básicamente la ley convierte en sanciones administrativas
lo que antes eran faltas incluidas en el Código Penal y, por tanto, sometidas a
control judicial previo. Según Emilio Olabarría (PNV), de esta forma, se limita
el derecho constitucional a la tutela judicial efectiva, porque el ciudadano afectado
tendrá primero que agotar la vía administrativa y luego recurrir a la jurisdicción
contencioso-administrativa que está sujeta al pago de tasas judiciales. Esas tasas,
establecidas por el actual Gobierno, no existen en la vía penal y, por tanto, no
se pagaban en los juicios de faltas que ahora se convierten en sanciones administrativas.
Además, incluye conductas sancionables como
las manifestaciones ante el Congreso o las protestas con escaladas en edificios
públicos, entre otros. Desde el anuncio del anteproyecto de ley, el Gobierno matizó
algunas de las sanciones administrativas que pueden llegar hasta los 600.000 euros
para los casos más extremos.
Como muestra del rechazo de la oposición,
Uxue Barkos (Geroa Bai) ha pedido al Gobierno que escuche a la sociedad y a la Unión
Europea, cuyo comisario de Derechos Humanos, aseguró que "España pretende hacer
legal lo ilegal”. Joan Baldoví (Compromís) para quien "se pretende domesticar
manifestaciones con una ley injusta", en lugar de legislar contra la corrupción
o para ayudar a los necesitados. Para Rosana Pérez (BNG) "se institucionaliza
la represión y se da una vuelta de tuerca para atemorizar a los ciudadanos en un
Estado policial". Joan Tardà (ERC) ha hablado de "locura política y ataque
endemoniado a las libertades, dando barra libre a la policía". Para Xavier
Errekondo (Amaiur) “el Gobierno quiere aplicar la ley de la calle es mía”.
"Esta ley no es necesaria, viola la
jurisprudencia europea y el convenio europeo de derechos humanos y recorta derechos
fundamentales como el de manifestación y el de reunión", ha resumido Toni Cantó
(UPyD). "Hoy vivimos una jornada infausta para la democracia con la aprobación
de esta ley", ha remachado Ricardo Sixto (Izquierda Plural), mientras sus compañeros
de grupo protestaban desde su escaño en pie y con una mordaza en la boca.
Feliu-Joan Guillaumes (CiU) ha valorado algunas
mejoras en la norma durante el trámite, pero la ha rechazado en conjunto.
También introdujo el Gobierno en la norma
durante el trámite otros artículos especialmente polémicos como la capacidad de
las Fuerzas de Seguridad para rechazar a los inmigrantes que salten las vallas de
Ceuta y Melilla. Esta posibilidad, incluida en una disposición, supone legalizar
las llamadas "devoluciones en caliente", expresamente prohibidas hasta
ahora, porque los inmigrantes que llegan a suelo español tienen derecho a asistencia
letrada y a que se compruebe si son menores o refugiados. El Gobierno entiende que
no puede hablarse de "devoluciones en caliente" porque no lo son si solo
pisan territorio español y no superan el cordón policial. Esta disposición fue introducida
como enmienda en el Congreso, eludiendo los informes preceptivos del Consejo General
del Poder Judicial, el Consejo de Estado y el Consejo Fiscal.
Emilio Olabarría (PNV) ha asegurado que la
norma contradice la Constitución y tratados internacionales firmados por España,
por ejemplo, en lo referido a las "devoluciones en caliente" de inmigrantes
que el Gobierno convierte en "entregas en frontera" y legaliza en la ley.
Para justificar la entrega de inmigrantes
que hayan traspasado las vallas el ministro del Interior, Jorge Fernández, ha utilizado
en los pasillos del Congreso un argumento frente a las críticas vertidas por distintas
instituciones nacionales y europeas, la Iglesia y más de un centenar de ONG sobre
la ilegalidad de las devoluciones en caliente que si le facilitan "una dirección"
donde a "esa pobre gente" se les vaya a dar "manutención y trabajo",
les envía para allá.
"Si me dan la dirección donde a esa
pobre gente los podemos trasladar y garantizan su manutención y que les dan trabajo
le aseguro que les enviamos. Pero hay mucha hipocresía", dijo.
"Que digan a cuántas personas están
dispuestos a acoger y si no lo hacen, que se callen y den menos lecciones",
ha asegurado el ministro en referencia a las opiniones críticas de todos los demás
partidos y ONG.
En la tribuna del Congreso ha defendido la
norma en solitario el portavoz del PP en la Comisión de Interior, Conrado Escobar,
recordando que sustituye a la que se conoció como "ley Corcuera" o "ley
de la patada en la puerta" que hizo el Gobierno de Felipe González. Ha defendido
la norma asegurando que tiene el aval de los informes del Consejo de Estado y el
Consejo General del Poder Judicial.
"Las manifestaciones serán más libres
porque estarán protegidas de los violentos", ha dicho.
El Pais

2 comentarios:
Muy buen artículo para demostrar lo que están haciendo los PPrros en el parlamento a base de mayoría absoluta.
Aquí os dejo un buen artículo que demuestra también lo que están haciendo de manera no tan clara, y menos a la vista, pero cuyas consecuencias ya se están viendo y se verán más en el futuro.
http://blogs.publico.es/econonuestra/2014/12/13/se-llama-asi-revertir-la-privatizacion-sanitaria/
Salud?
R
Resumen del rodillo PPrro:
http://www.publico.es/opinion/articulos/navidades-pobreza-y-desigualdad-agravadas.html
Felices fiestas?
R
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